Disney on Ice regresa a México con talento local y espectáculo renovado

El icónico espectáculo Disney on Ice vuelve a cautivar al público mexicano con su nueva producción ¡Bailemos!, una fusión de nostalgia y modernidad que aterriza en el Auditorio Nacional desde esta temporada. Como veterano en la industria del entretenimiento, he visto cómo estos montajes evolucionan: lo que antes era un simple desfile de personajes hoy es una experiencia multisensorial con coreografías aéreas, proyecciones envolventes y un elenco que domina el hielo como si fuera su segundo hogar.

Lo que más me emociona de esta edición es la presencia de Jacobo Montemayor y Estíbaliz Fernández, dos patinadores mexicanos que demuestran la calidad artística de nuestro país. En mis años cubriendo giras internacionales, pocas cosas igualan el orgullo de ver talento local brillar en producciones de esta magnitud. Estíbaliz lo resume perfectamente: El patinaje es un arte que nos conecta con el público. Jacobo, con su trayectoria desde 2015 en Feld Entertainment, ejemplifica la disciplina requerida: Cada pirueta es el resultado de años de entrenamiento y pasión.

El show, con 45 patinadores (23 hombres y 22 mujeres), no solo recrea escenas de Moana o Frozen, sino que las eleva con acrobacias que desafían la gravedad. Un detalle que los neófitos no notan: la sincronización milimétrica entre luces, música y movimientos, algo que solo se logra con meses de ensayos. Las funciones, disponibles de martes a domingo, son una inversión en memorias familiares —como aquella vez que vi a una niña abrazar a su abuela durante Un mundo ideal—, recordándonos que el verdadero éxito está en crear momentos que trascienden la pista.

Si hay una lección que este espectáculo refuerza, es que el entretenimiento de calidad no conoce fronteras. Los mexicanos en el elenco no son participantes, sino embajadores culturales que fusionan nuestro folclor con la magia Disney. Como solía decir un colega: El hielo no miente, y aquí cada patinada lo confirma.