María José Cabrera rompe barreras en los Panamericanos Junior con su patineta

Asunción, Paraguay. María José Cabrera, de 11 años, no solo es la competidora más joven de la delegación mexicana en los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, sino también un ejemplo de resiliencia y pasión por el skateboarding, deporte que está redefiniendo los límites generacionales.

Con una mentalidad growth mindset, Marijo —como la llaman cariñosamente— se niega a rendirse. Cada caída es una oportunidad para perfeccionar sus flips y grinds, técnicas que la acercan a referentes globales como Chloe Covell. “El miedo es solo un obstáculo mental. Lo transformo en adrenalina”, confiesa.

Su historia comenzó con una patineta navideña y clases en parques urbanos, espacios que hoy son epicentros de la revolución del skate femenino. Aunque quedó novena en las eliminatorias, su meta es clara: “Las medallas llegarán. Ahora priorizo aprender de las mejores”.

Fuera de las competencias, esta Gen Z equilibra su vida entre secundaria, redes sociales y su obsesión por el pollo al curry con fusilli. “Mi trampolín es mi zona de desconexión. Allí practico hasta los trucos más arriesgados”, revela.

María José encarna la nueva ola de atletas 4.0: jóvenes que fusionan deporte, estudios y bienestar, demostrando que el futuro del skateboarding es inclusivo, digital y sin etiquetas.