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Verstappen pierde el podio en España tras fallos estratégicos y penalización

El triple campeón enfrentó una serie de decisiones estratégicas fallidas y un polémico incidente que lo alejaron del podio.

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Max Verstappen vivió un domingo de pesadilla en el Circuito de Barcelona-Cataluña. Lo que parecía ser una carrera controlada para el piloto de Red Bull terminó en un caos de decisiones cuestionables, neumáticos inadecuados y una penalización controvertida. ¿Fue solo mala suerte o hubo errores estratégicos detrás de su caída al décimo puesto?

La estrategia de tres paradas en boxes, inicialmente calculada para asegurarle un podio, se vino abajo con la aparición del Safety Car tras el abandono del novato Kimi Antonelli. En la vuelta 47, el equipo cometió un movimiento arriesgado: equiparon al RB20 con neumáticos duros, una elección que el propio Verstappen calificó de inútil. “No teníamos agarre”, admitió frustrado. Pero, ¿por qué insistieron con ese compuesto si ya no quedaban blandos disponibles?

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El momento crítico llegó al reinicio. El neerlandés, luchando con su monoplaza ingobernable, vio cómo Charles Leclerc le arrebataba el tercer lugar. Peor aún: al ser presionado por George Russell, Verstappen se salió de pista y reingresó de manera polémica. La orden de devolver la posición desató su furia, culminando en un roce con el Mercedes que le costó 10 segundos de sanción. ¿Fue un acto de frustración o un error genuino? Sus palabras posteriores no dejaron dudas: “No tengo nada que decirle a Russell”.

Expertos consultados señalan que, más allá del Safety Car, Red Bull subestimó el ritmo de McLaren y Ferrari. Los datos de telemetría revelan que Verstappen perdió hasta 0.8 segundos por vuelta con los neumáticos duros. Mientras tanto, su rival Lando Norris consolidó su liderato en el campeonato. ¿Está Red Bull perdiendo su ventaja técnica? Con 137 puntos, Verstappen sigue tercero, pero este incidente podría marcar un punto de inflexión en la temporada.

Lo que comenzó como una carrera de gestión terminó como un estudio de cómo las decisiones en milésimas de segundo pueden destruir una actuación. La pregunta que queda flotando: ¿fue este el primer síntoma de una crisis en el equipo que dominó los últimos años?

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