Belinda descubre que Disney es más voraz que un gato aristócrata

En un giro irónico digno de una fábula distópica, Belinda, la princesa del pop hispano, ha descubierto que en el reino mágico de Disney, los únicos que viven felices para siempre son los abogados de propiedad intelectual. La cantante confesó con una sonrisa resignada —posiblemente calculada en pixeles por el departamento de relaciones públicas— que su canción “Heterocromía” será, en efecto, un acto de caridad musical hacia el conglomerado del ratón millonario.

“No fue nada fácil”, declaró con la solemnidad de quien negocia la paz entre potencias nucleares, refiriéndose a su épica batalla legal por los derechos de unos segundos de música felina. “Los Aristogatos de Disney, imagínate, es carísimo”, añadió, como si estuviera hablando del rescate de un pequeño país centroamericano en lugar de una intro musical.

La artista, conocida por su destreza vocal y su olfato para las metáforas felinas, explicó que su obsesión por las intros “que rompen el ritmo” la llevó a crear lo que ahora es, esencialmente, un tributo involuntario al capitalismo tardío. “Quería una intro completamente diferente porque estoy hablando de gatitos, de la aristocracia, que viven en París…”, dijo, sin percatarse de que acababa de describir el sueño húmedo de todo ejecutivo de Hollywood: gatos ricos, propiedad intelectual y cero regalías para los artistas.

Lo más hilarante —o trágico, dependiendo de qué lado esté tu contrato— es que Belinda no especificó cuánto se embolsará Disney, solo que el porcentaje es “tan alto” que ella no verá un centavo. Una lección valiosa para las nuevas generaciones: en el mundo del espectáculo, los únicos gatos que siempre caen parados son los que tienen departamento legal.