Eric Dane comparte su lucha contra el rápido avance de la ELA

El reconocido actor Eric Dane, quien cautivó al público con su papel en “Grey’s Anatomy”, ha abierto su corazón sobre el implacable progreso de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en su cuerpo. Con una mezcla de valentía y vulnerabilidad, confesó que su movilidad se reduce día a día: “Mi brazo derecho ya no responde, y temo que pronto perderé también el izquierdo”, reveló durante una emotiva entrevista en Good Morning America.

La ELA, una enfermedad neurodegenerativa que ataca las neuronas motoras, comenzó a manifestarse en Dane hace más de un año con síntomas sutiles pero persistentes. “Al principio atribuí la debilidad en mi mano al uso excesivo del teléfono”, admitió con ironía. Sin embargo, cuando los especialistas confirmaron el diagnóstico, su vida dio un giro drástico. “Recuerdo la expresión del neurólogo cuando me derivó a otro colegas: su silencio lo dijo todo”, relató el actor de 52 años.

Los desafíos cotidianos

Una anécdota reciente durante un paseo familiar en barco ilustra su nueva realidad: “Mi hija adolescente tuvo que arrastrarme de vuelta a la embarcación porque ya no podía nadar. Fue un momento devastador, pero me obligué a sonreír para que ella disfrutara su día”. La voz de Dane se quiebra al hablar del impacto emocional: “Perder a mi padre joven fue duro, pero ahora enfrento el dolor inverso: dejar a mis hijas antes de tiempo”.

El arte como refugio

A pesar de los obstáculos, el protagonista de “Euphoria” y “The Last Ship” sigue comprometido con su oficio. “El set es mi santuario”, confiesa. Su próxima serie, “Countdown”, que se estrena el 25 de junio en Prime Video, demuestra su resiliencia. “Cada escena filmada es una victoria personal”, comenta, recordando cómo el equipo adapta las tomas para acomodar sus limitaciones físicas. Esta determinación refleja una lección que comparte con otros pacientes: “La enfermedad puede robarte movimientos, pero no tu esencia”.

Su historia, más allá de ser un testimonio crudo sobre la ELA, se convierte en un poderoso recordatorio sobre la fragilidad humana y la importancia de vivir con propósito. Como bien dice Dane: “Cuando el cuerpo flaquea, el espíritu debe aprender a volar”.