Leonardo García filma a la Guardia Nacional en aparente estado de ebriedad

En un giro digno de una tragicomedia barroca, el actor Leonardo García, heredero de una dinastía de excesos, decidió que diez meses de sobriedad eran demasiado para su alma artística. ¿Qué mejor manera de celebrar su casi-año de abstinencia que grabando un reality show improvisado con la Guardia Nacional como coestrellas involuntarias? El escenario: las calles de Acapulco, ese paraíso tropical donde las leyes se diluyen como el hielo en un mojito.

Según fuentes cercanas al espectáculo (léase: revistas del corazón), el intérprete habría recaído en los brazos de Baco justo cuando su novia, Flaminia Villagrán, emprendió un viaje a Guatemala. ¡Qué oportuno! Como en los mejores melodramas, la relación pendía de un hilo: “Si vuelves a beber, esto se acaba”. Pero Leo, fiel a su ADN de estrella, eligió el drama sobre el amor. ¿Acaso Shakespeare no escribió tragedias?

El video, difundido por el programa Ventaneando, muestra al actor en lo que podríamos llamar un “diálogo creativo” con los agentes. Entre balbuceos, García invoca los nombres sagrados de Susana y Roberto Palazuelos, los dioses tutelares de Acapulco, como si pronunciar sus nombres fuera el equivalente moderno de un conjuro mágico. Los uniformados, impasibles, le recuerdan las normas de tránsito con la paciencia de quien intenta razonar con un loro ebrio.

Mientras tanto, la vida sigue su curso. Esta mañana, el actor apareció desayunando con su madre, Sandy Vale, en una plaza comercial, como si nada hubiera pasado. ¿Acaso todo fue un mal sueño colectivo? Las revistas, sin embargo, insisten en que la recaída le costó no solo su relación, sino también su papel en una obra teatral. Ironías del destino: el mismo hombre que quiso producir arte terminó produciendo un escándalo.

Así, entre lágrimas, risas y tragos, la crónica social mexicana sigue escribiéndose con vodka y un toque de surrealismo. ¿Moraleja? En este país, hasta la rehabilitación tiene un final abierto.