Los Sussex cambian protocolos reales por churros en Disney

En un giro que dejó a los puristas de la corona más consternados que un niño sin helado en agosto, los duques de Sussex —esa pareja que abdicó de la pompa real para abrazar la pompa hollywoodense— celebraron el cuarto aniversario terrestre de su vástaga Lilibet sumergiéndose en el capitalismo más puro: Disneyland. Allí, entre algodones de azúcar y souvenirs sobrevalorados, demostraron que incluso los exiliados voluntarios del palacio necesitan su dosis de fantasía manufacturada.

La duquesa Meghan, siempre estratégica con su cámara, compartió un vídeo donde la familia aparece sonriendo ante cámaras con la misma naturalidad con que un político promete bajar los impuestos. Mickey Mouse y Cenicienta se convirtieron en los testigos involuntarios de esta saga real versión 2.0, donde los protagonistas cambian tiaras por orejas de peluche y protocolos por filas de dos horas para montar en It’s a Small World.