Meghan y Enrique finalizan su contrato millonario con Netflix

El acuerdo exclusivo entre Meghan Markle y el Príncipe Enrique con Netflix, valorado en 100 millones de dólares, ha concluido oficialmente, marcando el fin de una etapa que revolucionó la manera en que las figuras reales incursionan en la producción audiovisual. Según informes de Page Six, los duques no renovarán bajo los mismos términos, pero ya negocian un nuevo pacto de “primera opción”, similar al que mantienen Barack y Michelle Obama, lo que demuestra que la relación con la plataforma sigue viva, aunque evoluciona.

Durante estos años, la pareja exploró diversos formatos, desde el documental íntimo —como Harry & Meghan— hasta proyectos inspiracionales como Heart of Invictus, enfocado en los Juegos para veteranos. Sin embargo, no todos los contenidos lograron el impacto esperado. Por ejemplo, With Love, Meghan, su incursión en el género de estilo de vida, apenas alcanzó el puesto 383 en el ranking semestral de la plataforma. Aun así, fuentes internas destacan que el programa se mantuvo dentro del top 5% del catálogo en audiencia, un detalle que revela la complejidad de medir el éxito en el mundo del streaming.

Desde mi experiencia en producción mediática, este caso ilustra un fenómeno clave: las alianzas entre celebridades y plataformas requieren reinvención constante. Lo que funcionó en 2021 —como el morbo por la vida real— hoy exige narrativas más frescas. Los duques, conscientes de ello, parecen enfocarse ahora en proyectos con mayor peso social, una estrategia que, si se ejecuta bien, podría consolidar su legado más allá del escándalo.

La lección aquí es clara: en la industria del entretenimiento, incluso los acuerdos más lucrativos deben adaptarse o quedarán obsoletos. Netflix, por su parte, sigue apostando por nombres con influencia global, pero con contratos más flexibles. ¿El resultado? Un juego donde todos ganan… siempre y cuando el contenido conecte.