El cónclave más multicultural elige al nuevo líder de la Iglesia católica

La fumata blanca emergió de la Capilla Sixtina, confirmando lo que muchos esperaban pero pocos podían predecir con certeza: los 133 cardenales del cónclave más diverso en la historia del Vaticano han alcanzado un veredicto. ¿Quién es el elegido? ¿Qué fuerzas políticas y teológicas se alinearon tras esta decisión? Las respuestas comenzarán a develarse en cuestión de minutos.

Con 89 votos —la mayoría calificada requerida—, el nombre del sucesor de San Pedro permanece en secreto, pero no por mucho tiempo. Fuentes cercanas al Sacro Colegio Cardenalicio sugieren que la elección fue sorprendentemente rápida, desafiando las proyecciones iniciales. ¿Acaso hubo un consenso inusual entre las facciones conservadoras y progresistas? ¿O influyeron factores geopolíticos en esta decisión?

El protodiácono se prepara para pronunciar las palabras que resonarán en todo el mundo católico: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!”. Este ritual, inmutable desde hace siglos, contrasta con las turbulentas negociaciones que suelen ocurrir tras los muros vaticanos. Los últimos dos cónclaves —el de Benedicto XVI (2005) y Francisco (2013)— duraron entre 24 y 48 horas. ¿Por qué esta vez fue diferente?

• En 2005, Joseph Ratzinger emergió como figura de continuidad tras cuatro votaciones.
• En 2013, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio rompió moldes como primer pontífice jesuita y latinoamericano.

Mientras la multitud aguarda en la Plaza de San Pedro, analistas vaticanistas especulan sobre las implicaciones de esta elección. ¿Representará una ruptura con el legado reformista de Francisco? ¿O consolidará su visión de una Iglesia “pobre y para los pobres”? Los próximos días revelarán no solo una identidad, sino el rumbo de 1.300 millones de fieles.