Trump prioriza deportaciones en ciudades demócratas tras masivas protestas

En un giro controvertido, el gobierno federal intensificó su estrategia de expulsiones selectivas tras virales manifestaciones en urbes clave. A través de un tuit polémico, el exmandatario instó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a ejecutar “la mayor operación de deportación jamás vista”, focalizando metrópolis con alta densidad migrante como Chicago y Nueva York.

Esta escalada coincide con filtraciones sobre un plan para triplicar los arrestos diarios, pasando de 650 a 3,000 casos. Sin embargo, en una paradoja evidente, la administración paralizó redadas en sectores agrícolas y de servicios tras presiones del lobby empresarial.

El escenario se complejizó cuando manifestantes del movimiento Sin Reyes colisionaron simbólicamente con los festejos del aniversario militar. Aunque la mayoría de las protestas mantuvieron un carácter pacífico, en Portland y Los Ángeles se registraron enfrentamientos con fuerzas antidisturbios que emplearon gases lacrimógenos y balas de goma.

Analistas señalan que esta medida refleja una estrategia de polarización calculada, emitida estratégicamente durante la cumbre del G7 en Canadá. Trump, en declaraciones a la prensa, atribuyó la calma relativa en algunas zonas al despliegue de la Guardia Nacional.

Este episodio reaviva el debate sobre los derechos humanos, la economía de la mano de obra migrante y el uso político de las deportaciones en año electoral. Mientras think tanks advierten sobre posibles crisis humanitarias, las redes hierven con el hashtag #StopDeportations que ya superó el millón de menciones.