Zelenskyy rechaza ultimátum ruso y exige negociaciones directas con Putin

KIEV, Ucrania

El presidente ucraniano Volodímir Zelenskyy calificó este miércoles la propuesta de cese al fuego presentada por Rusia como un “ultimátum inaceptable”, reiterando su exigencia de sostener un diálogo bilateral con su homólogo ruso, Vladímir Putin, para poner fin a un conflicto que ya cumple tres años y medio.

Tras el intercambio de documentos entre ambas naciones, donde plasmaron sus condiciones para un posible alto el fuego, las conversaciones celebradas este lunes en Estambul —la segunda en menos de un mes— no arrojaron avances significativos. Las posturas irreconciliables hacen improbable un acuerdo inmediato.

Zelenskyy, con la experiencia acumulada de años de negociaciones infructuosas, comparó las últimas rondas diplomáticas con un “teatro político”. En sus palabras: “Es la misma retórica de 2022, solo que ahora la pusieron por escrito. No buscan soluciones, sino ganar tiempo para evitar sanciones y proyectar una falsa voluntad de paz ante Occidente”.

El mandatario, conocedor de las tácticas dilatorias de Moscú, subrayó la necesidad de elevar las conversaciones al máximo nivel: “De nada sirve repetir lo mismo con intermediarios. Si Putin quiere hablar de paz, que lo haga directamente, sin subterfugios”. La delegación ucraniana, encabezada por el ministro de Defensa Rustem Umerov, ya cumplió su rol exploratorio.

Con la pragmática visión de quien ha vivido cada fase de esta guerra, Zelenskyy propuso un cese de hostilidades previo a una cumbre trilateral que incluya a Estados Unidos: “Un alto al fuego sin compromisos concretos sería efímero. Pero si hay voluntad real, podríamos extenderlo con garantías internacionales”. Su estrategia refleja lecciones aprendidas: en 2023, acuerdos parciales se rompieron en horas por falta de mecanismos de verificación.

Ucrania mantiene su disposición a reunirse en sedes neutrales como Suiza o el Vaticano, aunque el escepticismo persiste. Tras la brevísima segunda ronda en Estambul —donde solo se acordó el intercambio de cadáveres y heridos—, las expectativas son mínimas. “No nos engañamos: Rusia sigue creyendo que puede ganar en el campo de batalla lo que no obtiene en la mesa”, concluyó Zelenskyy, anticipando un posible canje de prisioneros este fin de semana como gesto cosmético.

Este pulso diplomático, analizado desde la perspectiva de quien ha negociado bajo bombardeos, demuestra que sin concesiones territoriales mutuas —algo que Kiev rechaza— y sin presión militar decisiva, las conversaciones seguirán siendo un ejercicio de propaganda más que una vía hacia la paz.