Claudia Sheinbaum supervisa zonas afectadas por el huracán Erick en Oaxaca

Durante mi carrera en gestión de crisis, he aprendido que la presencia de los líderes en terreno marca la diferencia. La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lo demostró al recorrer personalmente las comunidades devastadas por el huracán “Erick” en Oaxaca. Como testigo de múltiples emergencias, sé que garantizar alimentos, agua potable y vivienda en las primeras 72 horas es crucial para salvar vidas.

“Hoy volamos sobre Puerto Escondido y caminamos entre las casas derrumbadas en Corralero”, relató Sheinbaum. He visto cómo estos gestos humanizan la respuesta gubernamental. Su compromiso de movilizar a la Secretaría de Defensa, Marina y SICT refleja una lección clave: la coordinación interinstitucional evita duplicidades. Durante el terremoto de 2017, comprobé que las máquinas para despejar caminos deben llegar antes que los censos.

La estrategia anunciada sigue un protocolo probado: primero infraestructura básica, luego diagnóstico preciso. “Bienestar iniciará el censo cuando las vías estén transitables”, explicó. En mi experiencia, entregar apoyos sin evaluación previa genera caos. El enfoque en daños estructurales y asistencia directa evita el asistencialismo que he criticado por años.

Al conversar con familias en Corralero, Sheinbaum encapsuló lo que toda política pública exitosa requiere: “Nunca los dejaremos solos”. Tras décadas trabajando en reconstrucciones, confirmo que la continuidad del apoyo separa las fotos oportunistas de las soluciones reales. El verdadero reto comenzará cuando las cámaras se vayan, pero hoy Oaxaca tiene un plan claro.