La aparente colaboración internacional que llevó a la captura del narcotraficante chino Zhi Dong Zhang, alias “Brother Wang”, esconde una trama de fugas, diplomacia y operativos encubiertos que este medio ha logrado reconstruir. ¿Fue realmente una simple entrega o el resultado de una negociación más compleja entre gobiernos?
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad, anunció la transferencia del prófugo a Estados Unidos, un desenlace que surge tras un intrincado camino. “Brother Wang” no es un delincuente cualquiera; está acusado de dirigir una vasta red de tráfico internacional de estupefacientes y blanqueo de capitales, con alianzas delictivas que se extienden por tres continentes. La existencia de una Notificación Roja de Interpol contra su nombre subraya la gravedad de sus presuntas actividades.
La primera captura y la inexplicable fuga
Nuestra investigación revela que la cronología oficial esconde más de lo que muestra. El 30 de octubre de 2024, el Gabinete de Seguridad mexicano detuvo a Zhang en la Ciudad de México por su presunta responsabilidad en el contrabando de precursores químicos desde China. Sin embargo, la justicia mexicana tomó una decisión que hoy se cuestiona: un juez le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria.
El 11 de julio de 2025, el capo simplemente desapareció. ¿Fue una falla del sistema de vigilancia o existió complicidad? Este medio indaga sobre las circunstancias que permitieron su evasión, un episodio que obligó a las autoridades a activar un dispositivo de búsqueda y alertar a sus homólogos internacionales.
La red se cierra en La Habana
La pista se enfrió hasta que, de forma casi milagrosa, labores de inteligencia ubicaron al fugitivo en territorio cubano. El 31 de julio, fue detenido en la isla junto a dos cómplices. Pero, ¿cómo llegó hasta allí? ¿Qué conexiones dentro de la isla le brindaron refugio, aunque fuera temporal? La participación de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México sugiere un delicado manejo diplomático tras bambalinas.
El operativo final para su aprehensión movilizó a un extenso aparato de seguridad: la Fiscalía General de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Armada de México y la Guardia Nacional. Una movilización de tal magnitud plantea una pregunta incómoda: ¿por qué no se desplegó un operativo similar para evitar su fuga inicial?
La entrega del capo a Estados Unidos, lejos de ser el simple final de una persecución, abre un nuevo capítulo de interrogantes. La verdadera historia detrás de la ruta de “Brother Wang”, sus protectores y las razones geopolíticas de su traslado a suelo estadounidense permanecen, por ahora, en las sombras.




















