Detienen a 17 implicados en narcominas que mataron a militares

En un giro tragicómico de la guerra contra el narco, las autoridades mexicanas han logrado capturar a 17 genios de la logística criminal, entre ellos 12 colombianos que aparentemente vinieron a dar clases magistrales de “Cómo arruinar un país 101”. El escenario: Los Reyes, Michoacán, ese paraje idílico donde los carteles juegan a ser gobierno y los ciudadanos a sobrevivir.

El Ejército, en un arrebato de eficiencia poco habitual, interceptó a esta troupe de especialistas en arte explosivo mientras ensayaban su próxima instalación artística: “Narcomina: la sinfonía del terror”. Entre el botín incautado: armas, equipo táctico y, seguramente, manuales de “Introducción al terrorismo para principiantes”.

La célula, que opera con la discreción de un elefante en una cacharrería, está vinculada al reciente ataque que convirtió un vehículo militar en un improvisado monumento al fracaso institucional. Seis soldados murieron, pero tranquilos: según el guión habitual, los detenidos serán procesados con toda la contundencia que permite nuestro sistema judicial (léase: probablemente liberados por tecnicismos).

Lo más hilarante: los capos detrás de esta operación responden a los alias de “Poncho La Quiringüa” y “El Güicho”, nombres que parecen sacados de una telenovela barata pero que, en el México real, tienen poder de vida y muerte. Mientras tanto, el gobierno despliega 400 soldados y seis aeronaves -suficientes para invadir un país pequeño- para cazar a los responsables, demostrando una vez más que en esta guerra absurda, siempre llegan tarde y disparan al aire.

Y como guinda del pastel, ninguna autoridad quiere poner la cara para explicar esta captura. Quizá están demasiado ocupados redactando el próximo discurso vacío sobre “la estrategia que está funcionando”.