Una Concesión de Tres Décadas en la Opacidad
¿Qué se esconde detrás de la decisión del Gobierno federal de otorgar una concesión por 30 años a Energías Alternas, Estudios y Proyectos (Enal), filial del poderoso Grupo Carso de Carlos Slim? La asignación, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), otorga a la empresa el derecho exclusivo de uso, aprovechamiento y explotación de valiosos recursos geotérmicos en el área de Celaya, Guanajuato, con el fin declarado de generar energía eléctrica.
La investigación revela que, si bien el decreto fue firmado el 1 de agosto, su publicación y entrada en vigor se retrasaron hasta ahora, un detalle temporal que levanta sospechas. El título, expedido por la Secretaría de Energía, es categórico al afirmar que “no otorga derechos reales a su titular, sólo genera un derecho temporal”. Pero, ¿es suficiente esta aclaración en un sector estratégico y de alto valor?
Este medio ha iniciado una indagatoria para desentrañar las capas de esta operación. ¿Fue este un proceso abierto y competitivo? ¿Qué otros actores compitieron por estos recursos? ¿Cuáles son los términos financieros reales detrás de este acuerdo que compromete un recurso nacional por tres décadas? La narrativa oficial se limita a anunciar el hecho, pero las preguntas cruciales sobre transparencia, beneficio nacional y concentración de poder en el sector energético permanecen, por ahora, sin respuesta.
La concesión de Celaya no es un hecho aislado; es un punto más en un complejo mapa de intereses que merece un escrutinio periodístico implacable. La verdadera historia detrás de este título de concesión está por contarse.