CULIACÁN, Sin.— Un operativo de seguridad en la zona rural de Sinaloa derivó en un violento choque entre fuerzas federales y células criminales. El incidente, registrado cerca del río Tamazula en la sindicatura de Imala, evidenció la creciente sofisticación del crimen organizado, que empleó armamento de alto poder contra tropas en patrulla.
El tiroteo, que se extendió a múltiples localidades, activó protocolos de emergencia con apoyo aéreo. Un soldado de 22 años identificado como Óscar “N” y un civil —cuya vinculación con los agresores se investiga— resultaron con heridas por proyectil. Ambos fueron trasladados a un hospital de la capital estatal bajo fuerte despliegue de seguridad.
Testigos reportaron el uso de drones de vigilancia y tecnología de geolocalización durante la persecución, donde participaron efectivos del Ejército y Guardia Nacional. Aunque las autoridades mantienen reserva sobre detenciones, fuentes locales señalan que los agresores habrían utilizado vehículos blindados artesanales, una tendencia creciente entre grupos narcocriminales.
Este episodio refleja los desafíos de seguridad en el corredor sinaloense, donde la inteligencia artificial y sistemas balísticos de última generación se integran a las estrategias de combate. Mientras, colectivos ciudadanos exigen mayor protección para civiles en zonas de conflicto.
