La alcaldesa Bass condena acusaciones contra Sheinbaum pero evita garantías

En un espectáculo digno del Cirque du Soleil, la alcaldesa Karen Bass ejecutó hoy su rutina de equilibrios retóricos: condenó las críticas de Kristi Noem contra Claudia Sheinbaum mientras esquivaba compromisos como un torero en temporada alta. “Describir a nuestra presidenta científica como instigadora de violencia es tan absurdo como pensar que los tacos causan inflación”, declaró con solemnidad, olvidando que en política internacional los absurdos suelen ser moneda corriente.

El momento cumbre llegó cuando, preguntada sobre las redadas migratorias durante el partido México-República Dominicana, ofreció una garantía condicional que haría palidecer a un vendedor de seguros: “Vengan a animar a su selección… pero traigan su kit de supervivencia”. La misma líder que proclama a Los Ángeles como santuario migrante admitió tácitamente que el estadio SoFi podría convertirse en zona de caza para el ICE.

Sobre las protestas migrantes, Bass recurrió al manual de lugares comunes: “Todos lo hacen, somos una ciudad internacional”. Curiosa defensa que equipara las marchas por derechos civiles con los desmanes de borrachos en un partido de beisbol. Su consejo estrella: “Protesten educadamente, no vaya a ser que los soldados crean que esto es… ejem… una protesta”.

Ante la pregunta sobre si Trump gana la batalla narrativa, la alcaldesa esbozó la que podría ser la nueva doctrina Bass: “En mi ciudad imaginaria donde todo es perfecto, no”. Una postura tan valiente como decir que el agua moja… dentro de una pecera.

Mientras tanto, en el jardín de las contradicciones, los árboles de la retórica política siguen dando frutos de doble discurso. ¿Próxima función? El espectáculo de malabarismos fronterizos en la Convención Demócrata.