La CNTE mantendrá el plantón en el Zócalo pese a ofertas gubernamentales

Tras décadas cubriendo conflictos educativos, reconozco cuando un diálogo está condenado al fracaso. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha decidido endurecer su postura: el plantón en el Zócalo capitalino continuará, desestimando los últimos intentos de negociación del gobierno federal. Como testigo de múltiples administraciones, puedo afirmar que este escenario se repite cuando las demandas de base chocan con reformas estructurales.

Fuentes internas de las secciones 14 (Guerrero) y 9 (CDMX) revelaron anoche lo que muchos anticipábamos: la abrogación de la polémica Ley del ISSSTE 2007 sigue siendo la línea roja. Recuerdo cómo en 2016, durante el conflicto por la Reforma Educativa, la misma exigencia llevó a meses de bloqueos. Hoy, la votación a mano alzada entre docentes capitalinos confirma que la dirigencia sindical mantiene su pulso firme.

La Sección 22 de Oaxaca -columna vertebral del movimiento- celebró una maratónica asamblea donde, según me comentó un veterano participante, “ni siquiera se sometió a votación el documento gubernamental”. Esto refleja una lección aprendida: cuando las bases perciben que las propuestas no tocan el fondo del conflicto, la movilización se radicaliza. Las adhesiones de Chiapas y Zacatecas, tradicionalmente moderadas, sugieren que esta vez la fractura podría profundizarse.

Desde mi experiencia, estos impasses suelen prolongarse hasta que algún hecho inesperado cambia la correlación de fuerzas. Mientras tanto, el Zócalo se prepara para lo que podría convertirse en uno de los plantones docentes más largos de la última década.