Una Victoria para la Estabilidad Fiscal de México
Desde mi experiencia en el ámbito tributario internacional, les puedo decir que un reconocimiento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no es algo que se tome a la ligera. He visto cómo muchos países anhelan esta validación. Por eso, que a México se le distinga como la “Jurisdicción que más ha mejorado en Acuerdos de Precios de Transferencia” durante el Tax Certainty Day 2025 es un logro monumental. Esto no es solo un diploma más para colgar en la pared; es una señal potente para el mundo: México se está consolidando como un socio comercial serio y predecible.
El Mérito en los Detalles Técnicos
El galardón específico fue en la categoría de Acuerdo Anticipado de Precios (APA) para 2024. En la práctica, negociar un APA es un proceso complejísimo que requiere una enorme capacidad técnica y voluntad de diálogo. He estado en mesas de negociación donde estos acuerdos pueden tardar años en concretarse. Ver a México posicionarse entre los tres primeros lugares, junto con Irlanda e India, y lograr un incremento del 333% con 10 casos resueltos, demuestra una agilidad y eficiencia que antes no eran la norma. Esto habla de un aprendizaje institucional real y de haber superado una de las mayores barreras: la burocracia interna.
Por Qué Este Reconocimiento Trasciende lo Decorativo
La verdadera importancia de estos mecanismos, más allá de los rankings, la he comprobado en el campo. Un Acuerdo Anticipado de Precios es, esencialmente, un seguro de paz mental para las empresas multinacionales. Evita futuras disputas y auditorías agresivas respecto al Impuesto sobre la Renta (ISR), definiendo las reglas del juego con anticipación. Esta certidumbre fiscal es un imán para la inversión extranjera directa. No se trata de regalar impuestos, sino de aplicar las normas con transparencia y previsibilidad, combatiendo así la Erosión de las Bases Imponibles y el Traslado Indebido de Utilidades que persigue el plan BEPS.
El Fruto de un Trabajo Sostenido
Este premio no surgió de la noche a la mañana. Es el resultado de una estrategia de Estado. En los últimos siete años, la suscripción de más de 120 acuerdos a nivel global es una muestra de una diplomacia fiscal activa. He sido testigo de cómo la red de más de 60 tratados para evitar la doble tributación de México se ha convertido en la columna vertebral que permite este tipo de logros. El Servicio de Administración Tributaria (SAT), al recibir este premio en París, no solo recoge un trofeo, sino que cristaliza el esfuerzo de equipos técnicos que han aprendido a navegar la complejidad de la fiscalidad internacional con mayor destreza. Es un paso firme hacia la madurez fiscal de la nación.




















