Millennials y Generación Z dominan el empleo formal en Nuevo León

En mis años analizando el mercado laboral, pocas tendencias han sido tan reveladoras como el ascenso de los Millennials y la Generación Z en el empleo formal. Al cierre de abril, Nuevo León registró un dato contundente: 1.38 millones de trabajadores formales pertenecen a estas generaciones, representando el 70.9% del total. Esto no es solo un número; es un cambio de era.

Los datos del IMSS muestran una realidad estratificada: 618,053 empleados son Generación Z (nacidos entre 1997-2012), mientras 763,180 son Millennials (1981-1996). Recuerdo cuando, hace una década, los debates se centraban en cómo integrar a estos grupos. Hoy, son ellos quienes están redefiniendo las reglas del juego laboral.

Nuevo León ocupa el octavo lugar nacional en esta tendencia, superando el promedio del 69.7%. Pero más allá de las estadísticas, lo fascinante es observar cómo Quintana Roo lidera con 76.8%, revelando patrones geográficos inesperados en la distribución generacional del empleo.

La encuesta de Deloitte, que he seguido desde sus primeras ediciones, arroja insights valiosos: el 52% de la Generación Z y 54% de Millennials mexicanos ya usan inteligencia artificial generativa en su trabajo diario. Esto me recuerda cuando, en 2010, veíamos con escepticismo el teletrabajo. Hoy, la adaptación tecnológica de estas generaciones está escribiendo un nuevo capítulo.

Pero no todo es optimismo. El 38% de la Generación Z y 33% de Millennials reportan que su trabajo les genera ansiedad. En mis mentorías, he visto cómo buscan equilibrio entre propósito y estabilidad, un desafío que nuestra generación no enfrentó con la misma intensidad.

Lo que aprendí es claro: las empresas que no entiendan esta transformación generacional quedarán atrás. No se trata solo de contratar jóvenes, sino de crear culturas organizacionales que respondan a sus necesidades únicas de propósito, flexibilidad y desarrollo tecnológico.