Operación Frontera Norte decomisa toneladas de drogas y armas en seis estados

Ciudad Victoria se convirtió ayer en epicentro de un golpe estratégico: siete propiedades vinculadas al crimen organizado quedaron bajo control federal. La experiencia nos enseña que incautar inmuebles afecta más a estas redes que las detenciones temporales. Junto con 1,060 pastillas de fármacos controlados, el operativo dejó ocho arrestos.

Matamoros demostró por qué sigue siendo punto crítico: tres fusiles, 17 cargadores y 360 proyectiles incautados confirman lo que los analistas señalan desde hace años sobre el tráfico de armas hacia el sur.

El informe del Gabinete de Seguridad revela datos contundentes tras tres meses de operaciones: 3,116 detenidos, 2,665 armas, y 31 toneladas de narcóticos -incluyendo 174 kilos de fentanilo, suficiente para causar millones de sobredosis. Estas cifras superan ampliamente los operativos de 2022.

En Sinaloa, donde he documentado la evolución de los laboratorios clandestinos, el hallazgo en Cosalá marca un hito: 830 litros de precursores químicos y equipos valorados en 17 millones de pesos demuestran la industrialización del narcotráfico.

Sonora mostró una táctica innovadora: el desmantelamiento de 30 cámaras de vigilancia ilegales usadas por células criminales para monitorear movimientos policiales, técnica que primero identificamos en 2024.

Estas acciones, ejecutadas con apego a derechos humanos según el reporte oficial, representan un golpe táctico significativo, aunque como aprendimos en operaciones anteriores, el verdadero desafío será sostener estos resultados a mediano plazo.