Pemex incrementa riesgo para bancos de desarrollo con su plan estratégico 2035

La presentación del plan estratégico 2035 de Pemex por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum no solo marca una hoja de ruta ambiciosa, sino que también eleva la exposición al riesgo petrolero para la banca de desarrollo mexicana, según un análisis reciente de Moody’s. Desde mi experiencia en el sector energético, he visto cómo los planes a largo plazo suelen chocar con realidades financieras inmediatas, y este caso no es la excepción.

La agencia calificadora destacó que Pemex enfrenta una presión financiera severa, con necesidades de liquidez urgentes y un flujo de efectivo negativo persistente. El nuevo fondo de inversión de 250 mil millones de pesos, administrado por Banobras, incrementará la exposición de bancos como Nafin y Bancomext. En mis años analizando créditos corporativos, he aprendido que cuando una empresa de esta magnitud depende tanto de financiamiento garantizado, los riesgos sistémicos aumentan, incluso con respaldo gubernamental.

Moody’s señaló que, aunque las garantías federales mitigan el riesgo crediticio, la exposición directa de la banca de desarrollo a Pemex ya triplica la de la banca comercial. Recuerdo un caso similar en 2018, cuando los bancos tuvieron que ajustar sus reservas ante la caída de los precios del crudo. Hoy, con vencimientos de deuda por 15,300 millones de dólares en 2025, la situación exige cautela.

El fondo pretende aliviar la presión sobre Pemex para financiar inversiones clave en exploración y producción, estimadas en 10,000 millones de dólares anuales. Sin embargo, como bien apunta Moody’s, esto apenas cubre menos de un año de necesidades. En mi trayectoria, he visto que los rescates parciales solo postergaban crisis mayores si no van acompañados de reformas estructurales.

La agencia concluye que, aunque el plan ofrece un respiro contable, la estabilización de la producción dependerá de una ejecución precisa de inversiones. Como testigo de ciclos petroleros, sé que sin mejoras operativas reales, incluso los apoyos mejor intencionados pueden convertirse en parches temporales. El verdadero desafío no es solo financiar a Pemex, sino transformarlo.