Suspenden nueve empresas de globos en Teotihuacán por incumplir normas

En un acto de sorprendente diligencia (que solo ocurre después de que catorce turistas salen volando como personajes de un dibujo animado), las autoridades mexicanas han decidido que quizá, solo quizá, los globos aerostáticos deberían cumplir normas básicas de seguridad. ¡Revolucionario!

El Valle de Teotihuacán, ese escenario sagrado donde antaño los dioses observaban sacrificios rituales, ahora es testigo de un espectáculo igualmente sangriento: la incompetencia empresarial disfrazada de “turismo de aventura”. Nueve compañías dedicadas a elevar incautos en canastas de mimbre han sido selladas como si fueran conservas caducadas, aunque solo después de que una de sus aeronaves decidiera emular a Icaro sin previo aviso.

¿Los requisitos para operar? Un mero trámite burocrático: licencias de suelo, permisos sanitarios, dictámenes de Protección Civil… detalles insignificantes que, al parecer, estorban el sagrado derecho empresarial a cortar esquinas. Las camionetas de apoyo, por ejemplo, deben respetar el límite de 20 km/h (una velocidad que hasta una tortuga con sobrepeso superaría), pero ni eso lograron cumplir.

Mientras tanto, los alcaldes de la zona, en un arrebato de creatividad sin precedentes, proponen crear ¡una comandancia especial! Porque nada dice “prevención” como actuar cuando ya hay cuerpos en el suelo. Sky Ballons, la empresa estrella del accidente, ahora suma a su currículum un delito de lesiones, porque en México la responsabilidad penal es el único incentivo que parece funcionar.

Y así, entre sellos administrativos y promesas vacías, el negocio de enviar turistas al cielo (a veces literalmente) sigue su curso. Porque al fin y al cabo, ¿qué sería de México sin su tradición de regular a golpe de tragedia?