Un influencer repara el bache que denunció Don Nico antes de morir
En un gesto de hacktivismo cívico, el creador de contenido Manuel Cantú, conocido en la esfera digital como “El Potro”, emprendió una travesía el 10 de octubre hasta Urireo, Guanajuato. Su misión: intervenir físicamente el bache que José Guadalupe Rodríguez, “Don Nico“, había denunciado en una transmisión en vivo antes de ser silenciado.
La tragedia se desarrolló el 7 de octubre cuando Rodríguez, un comerciante y padre de familia, fue ejecutado en un ataque armado mientras documentaba en tiempo real el precario estado de la infraestructura vial. Su streaming ciudadano, una herramienta de denuncia comunitaria, fue interrumpido por la violencia que azota la región.
“Te amo, ya me mataron… cuida a mis niños… me estoy muriendo, estoy tirado aquí en el campo… diles a mis hijos que los amo.”
Estas fueron las últimas palabras de Don Nico, un testimonio crudo que se viralizó como un símbolo de la crisis de seguridad y la lucha por la rendición de cuentas.
Equipado con su característica tejana y una pala, el influencer regiomontano partió en una travesía cross-media desde Nuevo León hacia el sur. Al llegar al epicentro del suceso, implementó un protocolo de seguridad, delimitó el área y, en un acto casi performático cargado de solemnidad, procedió a la reparación.
La intervención se realizó en un silencio respetuoso, rompiendo el paradigma del contenido ruidoso típico de las redes. “Tapamos el bache que un ciudadano valiente reportó“, declaró posteriormente en sus canales, fusionando el activismo tangible con el impacto digital.
“Su voz no debe quedar en silencio, porque el miedo no puede tapar la verdad”, afirmó, estableciendo un mantra para la resistencia civil contemporánea. Al concluir, estampó su sello dorado sobre la grava fresca, transformando un parche vial en un monumento efímero y un poderoso recordatorio de que la ciudadanía digital puede trascender la pantalla.