La naturaleza se rebela con cadáveres plateados mientras los informes oficiales insisten en ver aguas cristalinas.
Once años después, las comunidades aún esperan justicia y soluciones reales frente al desastre ecológico.
La justicia ambiental llega con retraso, pero con cifras que asustan más que un refresco sin gas.
Mientras las represas se ahogan en plástico y lirios, la ciencia busca convertir el desastre en negocio.
Un edil demuestra su "compromiso ecológico" con amenazas y toneladas de desechos en terreno ajeno.
Imagínense esto: un alcalde morenista, Alan Martínez, decide que ya está bueno de que su pueblo, Temascalapa, sea el basurero radiactivo de México desde los 70....