La FDA revierte despidos tras fallos en plazos legales y presión interna

Revelaciones sobre el caos interno en la FDA

En un giro que expone las grietas en la gestión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la agencia está recontratando a decenas de empleados despedidos semanas atrás, según documentos internos y testimonios exclusivos obtenidos por nuestro equipo. ¿Qué llevó a esta reversión precipitada? Fuentes dentro de la organización revelan que incumplimientos judiciales y presiones de la industria farmacéutica forzaron la medida.

Un patrón de decisiones contradictorias

Más de 20 empleados del área de logística de viajes —encargados de coordinar inspecciones críticas en fábricas de medicamentos y alimentos— recibieron notificaciones verbales de reincorporación esta semana. Sin embargo, científicos especializados en análisis microbiológicos y químicos, pilar de la seguridad alimentaria, aún aguardan confirmación escrita. “Es como si priorizaran el papeleo sobre la ciencia”, declaró un investigador del laboratorio de San Francisco bajo anonimato.

La situación se agrava en la División de Procesamiento de Alimentos en Chicago, donde 15 expertos en contaminantes como microplásticos recibieron promesas verbales de reinstalación. Una semana después, sus credenciales siguen desactivadas. Mientras, la FDA acumula multas por retrasos en la entrega de documentos bajo la Ley de Libertad de Información —un proceso que depende precisamente de los empleados despedidos—.

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Las contradicciones del comisionado Makary

El titular de la FDA, Marty Makary, insiste en que “ningún científico crítico fue afectado”, pero registros internos muestran despidos en laboratorios clave. Expertos como Susan Mayne, exdirectora de la agencia, cuestionan la estrategia: “Estos recortes improvisados comprometen décadas de avances en seguridad alimentaria”. La justificación del Departamento de Salud —atribuir los errores a sistemas heredados “obsoletos”— no explica por qué se despidió a personal esencial antes de modernizar procesos.

El patrón se repite: en febrero, 700 contratistas temporales fueron despedidos y recontratados en 72 horas tras protestas de la industria. Ahora, la agencia enfrenta un éxodo silencioso. Calculamos que el 20% de la plantilla ha salido por recortes, jubilaciones anticipadas o renuncias voluntarias, según datos cruzados de tres fuentes internas.

¿Quién protege realmente la salud pública?

Entre los empleados reincorporados, ninguno pertenece al equipo que investiga bacterias resistentes en alimentos —un área crítica ante recientes brotes de E. coli—. Este detalle revela una priorización preocupante: mientras se recuperan puestos administrativos, científicos que previenen epidemias siguen en limbo. La FDA insiste en que las inspecciones continúan, pero inspectores entrevistados admiten: “Sin apoyo logístico, estamos omitiendo controles”.

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El caso de los microplásticos ilustra el daño colateral. Con el equipo de Chicago paralizado, se retrasa un estudio clave sobre migración de partículas desde envases a alimentos —tema urgente tras hallazgos de plásticos en leche materna—. ¿Coincidencia? Un alto funcionario reconoció bajo reserva: “Hubo presión para recortar primero y evaluar después”.

Comparte esta investigación para exigir transparencia en las agencias que velan por nuestra salud. ¿Qué otros secretos esconde la FDA? Explora más revelaciones en nuestro especial sobre regulaciones sanitarias.

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