La epopeya audiovisual de un mesías laico y sus apóstoles

La Nueva Hagiografía en Alta Definición

En un acto de humildad cristiana que hubiera ruborizado al mismo Tolstói, las pantallas del erario público se iluminaron para develar la epopeya cinematográfica de nuestro profeta laico contemporáneo. “Soy un hombre de fe y convicciones” no es un mero documental; es un sacramento audiovisual, una inmersión en la fe personal que mueve montañas, construye aeropuertos fantasma y transforma la realidad mediante el puro poder de la narración épica.

El largometraje, una odisea partidista que traza el viacrucis del líder hacia el poder supremo, pasa con piadosa ligereza sobre los dos pequeños inconvenientes democráticos (llamados “fraudes” por los herejes no creyentes). Entre interminables peregrinaciones y arengas, el productor Epigmenio Ibarra teje el relato, mientras militantes beatificados agradecen al cielo las pensiones y proclaman, con lágrimas de devoción, que “el presidente nos ha ilustrado demasiado”. Una revelación, sin duda, sobre la iluminación divina que emana de las mañaneras.

El Coro de los Convencidos

El documental reúne a un sínodo de fieles para dar testimonio. La escritora Elena Poniatowska recuerda con nostalgia cómo era convocada a las grandes liturgias populares para calentar a la multitud antes de la aparición del oficiante principal. Luisa María Alcalde, por su parte, revive el martirio del desafuero y el calvario electoral de 2006, episodios fundacionales de esta religión cívica donde el sufrimiento es prueba de virtud.

No podía faltar la voz de Gerardo Fernández Noroña, quien señala aquel intento de desafuero como el momento preciso en que el candidato se transfiguró en el dirigente ungido por el pueblo. El elenco se completa con una comunión de figuras afines: alcaldesas, comunicadores, actores y hasta un músico cubano, todos unidos en un coro polifónico que canta las alabanzas del elegido. Destaca la anécdota donde el propio mandatario, en un acto de patrimonialización cultural, elevó a himno nacional alterno una canción de Los Tigres del Norte.

El Ascenso a los Altares de la Historia

El clímax de esta ceremonia de canonización es tan previsible como conmovedor. Con la frase “Cumpliste, nos cumpliste”, la obra cierra su ciclo hagiográfico, culminando con la imagen sacra de la transmisión del bastón de mando: la sucesión apostólica queda así sellada, garantizando que el legado, el relato y la fe se preserven más allá del hombre. El mensaje es claro: la Cuarta Transformación no fue un proyecto de gobierno, sino el primer libro de una nueva biblia política.

Para quienes se hayan perdido este acto fundacional de fe televisada, no teman. El milagro se retransmite y está disponible en el archivo digital de las revelaciones (también conocido como YouTube), listo para la conversión, la contemplación o el estudio antropológico de cómo se construyen los mitos en la era del streaming.

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