Ángel Correa niega acuerdo con Tigres y evalúa su futuro

En un giro digno de una telenovela deportiva, Ángel Correa, el atacante argentino del Atlético de Madrid, salió al quite de los rumores como un torero esquivando falsedades. Con la elegancia de quien lleva una década vistiendo la camiseta colchonera, el jugador desmintió con vehemencia cualquier “preacuerdo laboral” con los Tigres, esos felinos mexicanos que merodean el mercado de pases como gatos hambrientos.

“Noticias falsas, fake news, patrañas mediáticas”, pareció decir Correa con su tono sereno, mientras los comunicadores argentinos Los Edul tomaban nota como escribas en un juicio público. El futbolista, cuya carrera ha sido más estable que la economía de su país, dejó claro que su mente está en cumplir su contrato… al menos hasta que termine el Mundial de Clubes, ese torneo que todos miran pero nadie recuerda al mes siguiente.

Mientras tanto, en Nuevo León, Mauricio Culebro, presidente de Tigres, sigue jugando al ajedrez con fichas imaginarias, mencionando a Correa como “una opción entre otras”, como si el mercado de pases fuera un menú de comida rápida. ¿Quién no querría un delantero campeón del mundo? Aunque, claro, primero habría que preguntarle al “Cholo” Simeone, ese técnico que reparte libertades condicionales como monedas en una fuente.

Y luego está River Plate, ese club que aparece en la conversación como el primer amor que nunca se olvida. “Me pone contento que me vinculen”, dijo Correa, con la ambigüedad calculada de un político en campaña. ¿Habrá hablado con Marcelo Gallardo? “No”, respondió, dejando más dudas que un oráculo en huelga.

Diez años en el Atlético, un Mundial con Argentina y una Copa América después, Correa sabe que su próximo movimiento será analizado como un tratado de geopolítica. Mientras tanto, los rumores seguirán volando más que los defensas que intentan marcarlo. Al menos por ahora, Tigres tendrá que conformarse con ronronear de lejos.