Barry Keoghan se adentra en el mundo de Ringo Starr para biopic

En un giro que nadie esperaba (o quizá todos), el actor Barry Keoghan ha decidido que la mejor manera de prepararse para interpretar a Ringo Starr es, obviamente, invadir su intimidad. ¿Qué mejor forma de captar la esencia del exBeatle que colarse en su casa, mirarlo fijamente como un entomólogo estudia un escarabajo raro y, de paso, rechazar educadamente la invitación a tocar la batería? ¡Ah, el método!

Keoghan, conocido por su capacidad de transformarse en personajes complejos, confesó entre risas nerviosas que estaba “demasiado intimidado” para tocar frente al músico. Claro, porque nada dice “estoy preparado para este papel” como negarte a hacer lo único por lo que tu personaje es mundialmente famoso. ¿Acaso Daniel Day-Lewis rechazó tallar madera para Lincoln? ¡Por supuesto que no! Pero aquí estamos, celebrando la valentía de Keoghan al… no tocar la batería.

El encuentro, descrito como “íntimo y entrañable”, consistió básicamente en que Ringo, en un acto de paciencia casi budista, le dio permiso al actor para que lo mirara sin pudor. “Puedes mirarme”, le dijo, como si estuviera hablando con un perro asustado. Mientras tanto, Keoghan tomaba notas mentales sobre cómo Starr respira, parpadea y posiblemente mastica su té de las cinco. ¡Ah, el arte de la interpretación!

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Por su parte, Ringo, siempre el diplomático, aprobó la elección del actor con una dosis de sarcasmo británico: “Espero que no esté tomando demasiadas lecciones de batería”. Traducción: “Por favor, que al menos sepa sostener las baquetas cuando rueden las cámaras”.

Mientras tanto, Sam Mendes, el director detrás de este ambicioso proyecto (cuatro películas, una por Beatle, porque una sola no bastaría para contener tanto ego histórico), frota sus manos imaginando el Oscar que podría ganar si logra que Keoghan no solo imite a Ringo, sino que “lo humanice”. Porque, claro, después de 60 años en el ojo público, lo que Ringo Starr necesita es que un actor de 32 años le enseñe al mundo que… ¡es humano!

En definitiva, este biopic promete ser tan revelador como innecesario, pero hey, si hay alguien capaz de hacer que el cuarto Beatle (sí, ese al que siempre olvidan) brille, es Keoghan. O al menos eso espera Hollywood, mientras cuenta los dólares que caerán cuando el público corra a ver… ¿cómo era que se llamaba el de la batería otra vez?

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