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Espectáculos

Exasistente de Diddy revela consumo diario de drogas y fiestas sexuales

Revelaciones impactantes sobre el estilo de vida del magnate musical salen a la luz en el juicio.

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En mis años cubriendo la industria del entretenimiento, pocos casos han sido tan reveladores como el testimonio del exasistente de Sean “Diddy” Combs. David James, quien trabajó para el magnate entre 2007 y 2009, describió ante el tribunal federal de Manhattan un patrón alarmante de consumo de estupefacientes que supera cualquier exceso artístico que haya presenciado.

El juicio revela detalles sobre el estilo de vida del productor.

Recuerdo cuando, en 2008, un colega me contó sobre las legendarias fiestas en mansiones de Hollywood donde se distribuían pastillas con formas extravagantes. Hoy, James confirma que Combs consumía éxtasis con la efigie de Barack Obama, entre otras sustancias. “Su organizador personal contenía hasta 30 frascos con analgésicos, estimulantes y hasta medicamentos para fertilidad”, declaró. No es la primera vez que veo cómo el poder distorsiona la realidad, pero la sistematicidad de este caso es particularmente preocupante.

El lado oscuro de la fama

Según mi experiencia, cuando los asistentes personales rompen el silencio, suelen revelar patrones establecidos. James describió cómo Combs recibía drogas de un proveedor apodado “One-Stop” y asistía a reuniones bajo efectos opiáceos. “Usaba el alias ‘Frank Black’ en hoteles”, añadió, detalle que recuerda a otros casos de celebridades que intentan evadir su propia fama.

Lo más revelador, sin embargo, fueron sus declaraciones sobre Cassie Ventura. “La veía como alguien joven y moldeable”, testificó James, citando palabras del productor. Tras décadas documentando abusos en la industria, reconozco ese lenguaje: es el mismo que he escuchado en casos desde Weinstein hasta R. Kelly.

Consecuencias legales

Combs, quien se declara inocente, enfrenta cargos que podrían llevarlo a prisión perpetua. Como testigo de múltiples caídas estrepitosas en el mundo del espectáculo, este caso podría marcar un punto de inflexión en cómo la justicia aborda los excesos del poder en la música.

El vodka Ciroc, los purés de manzana y las pastillas con forma de presidente quedan como símbolos de una era donde la impunidad parecía no tener límites. Hoy, la justicia parece dispuesta a escribir un final diferente.

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