Conéctate con nosotros

Espectáculos

Los Tucanes de Tijuana vuelven a enfrentar la justicia por sus cantos prohibidos

La música que enciende pasiones y multas: el eterno baile entre arte y regulación.

Avatar

Publicado

en

En un giro tragicómico que solo México podría ofrecer, Los Tucanes de Tijuana han vuelto a ser arrastrados ante el tribunal de la moral municipal por el crimen de cantar lo que el público pide. La agrupación, que parece especializarse en convertir letras polémicas en cheques con muchos ceros, desató otra tormenta burocrática en Chihuahua al entonar sus narcocorridos favoritos, esas odas poéticas al crimen organizado que tanto irritan a las autoridades y deleitan a sus seguidores.

El Palenque de la Feria de Santa Rita, escenario de este nuevo capítulo de “La Justicia vs. La Música”, fue testigo de cómo los músicos comenzaron con inocentes temas como “La Chona” —esa balada épica sobre una mujer que baila— para luego sumergirse en las aguas prohibidas de “Águila Blanca” y “El borrego”. Canciones que, según los guardianes de la virtud cívica, son más peligrosas que un cartel bien armado.

El alcalde Marco Bonilla, en un arrebato de celo regulatorio, confirmó la confiscación de los 700 mil pesos que los Tucanes habían dejado como fianza moral. “Es probable que la multa aumente por reincidencia”, declaró, como si se tratara de un delincuente serial y no de un grupo musical que repite éxitos. La ironía, por supuesto, es que mientras el gobierno local debate si multarlos con un millón o dos, los narcocorridos siguen sonando en cada esquina del país, gratis y sin regulación.

Anuncio

No es la primera vez que los Tucanes desafían las leyes del buen gusto legislativo. En 2023, ya habían sido castigados con casi un millón de pesos por el mismo “delito”: entretener al pueblo con historias que el pueblo quiere escuchar. Las autoridades, en su infinita sabiduría, insisten en que prohibir canciones es la clave para acabar con la violencia, mientras el crimen organizado sigue operando sin necesidad de banda sonora.

Así, en este México surrealista donde las balas vuelan pero las letras están censuradas, Los Tucanes de Tijuana se convierten en mártires involuntarios de una batalla absurda: la de un sistema que prefiere perseguir metáforas musicales antes que enfrentar realidades incómodas.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día