Maribel Guardia revela conflicto por custodia de su nieto

La aparente calma en el prolongado conflicto familiar que involucra a la actriz Maribel Guardia es solo la superficie de una batalla legal y personal mucho más profunda. Tras unas semanas en las que su nieto, José Julián, vivió con ella por orden judicial, el menor regresó con su madre, Imelda Garza Tuñón. Desde entonces, Guardia no ha podido verlo, un silencio que ella cuestiona y que atribuye a influencias externas.

¿Qué hay detrás de la negativa de la madre para permitir la convivencia? ¿Las declaraciones en redes sociales de Garza Tuñón, afirmando que su hijo no pregunta por su abuela, reflejan la realidad o forman parte de una estrategia más amplia? La investigación de este medio revela que el conflicto dista mucho de estar resuelto.

En declaraciones recientes, Maribel Guardia expuso su versión de los hechos con una mezcla de dolor y determinación. “Sé que Julián hubiera querido eso: que esté obviamente con su mamá, pero que yo también esté presente”, afirmó la artista, refiriéndose al deseo que supone tendría su difunto hijo, José Julián Figueroa. Para Guardia, esta no es solo una lucha personal; es una misión para honrar la memoria de su hijo y garantizar un futuro estable para su nieto.

Pero el aspecto más revelador de esta investigación surge al examinar el sustento económico. Fuentes cercanas al proceso confirmaron que, inicialmente, Guardia cubría todos los gastos de manutención de Imelda y el menor. Sin embargo, ese flujo financiero se ha interrumpido. ¿Por qué? Según la actriz, fue por una decisión expresa de Garza Tuñón. Este punto crucial plantea nuevas preguntas sobre las dinámicas de poder y control en juego.

“Cuando estuve ahí la última vez ella dijo que no”, declaró Guardia, dejando en claro que su disposición a apoyar económicamente permanece intacta, pero sujeta a un marco legal que aún no se define. Este giro en la manutención añade una capa financiera crítica al ya complejo caso de custodia.

El origen de este litigio se remonta a enero, cuando Guardia presentó una demanda contra su nuera. Los documentos judiciales a los que se tuvo acceso citan preocupaciones sobre las condiciones de vida que Garza Tuñón podría ofrecer al niño, mencionando presuntos problemas con el alcohol y el posible consumo de sustancias. Aunque la custodia reside actualmente con la madre, la batalla está lejos de terminar. Maribel Guardia continúa su búsqueda incansable de la custodia compartida, desafiando la narrativa establecida y luchando por lo que describe como el legado de su hijo.

La verdad final aún está por escribirse en las actas del tribunal. Lo que es indudable es que esta historia, más allá de los titulares, es un laberinto de dolor, memoria familiar y una búsqueda implacable por el bienestar de un niño atrapado en el medio.