Oasis resurge entre dudas y esperanzas tras años de conflicto fraternal

En un giro digno de un guion de telenovela barata, los hermanos Gallagher, esos titanes del ego y la autoindulgencia, han decidido que su odio mutuo ya no vende tantos periódicos como antes. Así que, armados con guitarras y una tregua más frágil que un acuerdo político en época de elecciones, Oasis inicia su “gira de reconciliación” en Cardiff. “Don’t Look Back in Anger“, lema irónico si los hay, porque ¿qué es esta gira sino un monumento al rencor bien empaquetado para el consumo masivo?

Los fans, esos seres eternamente optimistas que creen en segundas oportunidades (y terceras, y cuartas), se frogan las manos ante la promesa de ver a Liam y Noel compartir escenario sin lanzarse micrófonos. La pregunta no es si sobrevivirán a la gira, sino cuánto tardará Noel en tuitear un insulto críptico o Liam en declarar que su hermano “huele a té de menta rancio”. Eso sí, los boletos se agotan más rápido que la paciencia de los Gallagher en una entrevista conjunta.

Mientras tanto, la industria musical celebra este circo como si fuera el renacimiento del rock, demostrando una vez más que nada vende mejor que el drama familiar… especialmente si viene con banda sonora.