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Internacional

El próximo papa enfrenta una Iglesia en crisis y dividida

El sucesor de Francisco hereda una Iglesia fracturada, con desafíos que van desde finanzas hasta escándalos y divisiones ideológicas.

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CIUDAD DEL VATICANO.- Si el papa Francisco dejó algo claro en sus 12 años de reinado celestial, es que ser el vicario de Cristo en la Tierra no es un picnic. Su sucesor, el afortunado ganador del sorteo divino (también conocido como cónclave), heredará una institución más polarizada que un debate entre terraplanistas y astrónomos, con finanzas más opacas que un contrato de Netflix y una lista de tareas pendientes que haría llorar a un mártir.

Mientras los cardenales, vestidos como extras de una ópera barroca, depositan sus votos bajo los frescos de Miguel Ángel (quien, irónicamente, pintó el Juicio Final justo donde ahora se decide el futuro de la Iglesia), el próximo pontífice tendrá que elegir entre continuar el circo progresista de Francisco o volver a los viejos tiempos en los que el latín y la misoginia eran tan sagrados como el pan y el vino.

Las mujeres: ¿Decorativas o decisivas?

Francisco, en un arrebato de modernidad, permitió que algunas mujeres asesoraran al Vaticano. ¡Revolucionario! Claro, siempre y cuando no pretendan usar sotana o, Dios nos libre, sentarse en el trono de Pedro. Las monjas, mientras tanto, están abandonando sus hábitos más rápido que un seminarista después de descubrir TikTok. ¿Causa? La Iglesia las trata como a floreros litúrgicos: bonitas, pero prescindibles.

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Progresistas vs. Tradicionalistas: La batalla del siglo

Los conservadores, liderados por el fantasma del cardenal Pell (quien, desde el más allá, sigue enviando cartas de protesta), acusan a Francisco de ser un “autócrata ambiguo”. Los progresistas, en cambio, lo ven como un abuelito tierno que quiere que todos se sientan incluidos, excepto, claro, los que prefieren la misa en latín. La polarización es tal que hasta los ángeles se han dividido en equipos: Gabriel apoya el cambio, Miguel quiere volver a la Edad Media.

Abusos sexuales: ¿Tolerancia cero o cero consecuencias?

La Iglesia ha logrado lo imposible: hacer que el Vaticano parezca menos transparente que un banco suizo. Dos décadas después del escándalo en EE.UU., los abusos siguen siendo un “problema del pasado”… que curiosamente sigue ocurriendo en el presente. Los sobrevivientes exigen justicia, pero, como bien señaló un activista: “Puedes ser un abusador y seguir siendo sacerdote, pero si te casas o eres mujer, olvídate de la sotana”.

LGBTQ+: ¿Bendecidos o excomulgados?

Francisco dijo: “¿Quién soy yo para juzgar?”, una frase que dejó a los conservadores más consternados que si hubiera anunciado que Jesús era vegetariano. Su sucesor tendrá que decidir si sigue este camino o retrocede, porque, como gritan los obispos africanos: “¡El Evangelio no cambia! (a menos que hablemos de esclavitud, usura o divorcio, claro)”. Mientras tanto, los católicos LGBTQ+ esperan, con la paciencia de Job, que la Iglesia los acepte sin reservas… o al menos sin escándalo.

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En resumen, el próximo papa no solo tendrá que gobernar la Iglesia, sino también lidiar con un reality show teológico donde los ratings dependen de cuántos fieles no abandonen el canal. ¡Que el Espíritu Santo lo ilumine… porque va a necesitar más que un milagro!

¿Qué retos aguardan al próximo papa?

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