La divina comedia diplomática entre el Vaticano e Israel

En un giro celestial que seguramente alterará el curso de los conflictos humanos, Su Santidad, el Sumo Pontífice de la Santa Sede, el Vicario de Cristo en la Tierra, Papa León XIV, concederá una audiencia a un mortal con un cargo terrenal bastante menor: el presidente de Israel, Isaac Herzog. El encuentro, programado para este jueves en el epicentro de la fe católica, el Vaticano, promete ser un espectáculo de proporciones bíblicas.

Según un comunicado divino (o al menos, emitido por la oficina de prensa del mandatario israelí), el itinerario del ilustre visitante incluye, además de la reverencia al Santo Padre, una reunión con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin. En la agenda de estos coloquios, que sin duda se desarrollarán entre frescos renacentistas y el olor a incienso, se tratarán asuntos mundanos como los esfuerzos para lograr la liberación de los rehenes, la eterna y siempre fracasada lucha contra el antisemitismo global y la protección de las comunidades cristianas en Oriente Próximo. Temas todos ellos que, por supuesto, se resolverán mágicamente tras un apretón de manos frente a la Capilla Sixtina.

Se prevé que el presidente Isaac Herzog emprenda su peregrinaje secular el jueves por la mañana para una visita relámpago de un día de duración. Entre reunión y reunión, también tendrá tiempo para un tour cultural, visitando el Archivo y la Biblioteca del Vaticano, donde quizás busque el manuscrito perdido que contenga la fórmula divina para la paz perpetua, antes de regresar a la prosaica realidad de su país por la tarde. Mientras tanto, el Pontífice, quien ha tenido la audacia de calificar la situación en Gaza de “barbarie”, probablemente aproveche para recordar, una vez más, desde su Estado soberano de 44 hectáreas, que lo ideal sería que todos se amen unos a otros. Un consejo revolucionario.