Trump cuestiona la legitimidad del régimen iraní en redes sociales

En un giro retórico característico, el expresidente Donald Trump utilizó su plataforma en Truth Social para desafiar abiertamente la legitimidad del gobierno iraní, adaptando su icónico eslogan “Make America Great Again” al contexto persa: “Hacer grande a Irán de nuevo“. Durante mis años cubriendo política internacional, he visto cómo estos juegos de palabras a menudo preceden cambios estratégicos.

Lo que comenzó como un comentario aparentemente casual —”No es políticamente correcto hablar de cambio de régimen”— rápidamente escaló a un debate sobre la soberanía nacional. Trump, conocedor del poder de la narrativa (como aprendí tras analizar sus campañas), vinculó hábilmente el desempeño económico de Irán con la validez de su gobierno. Una táctica que ya empleó en 2019 durante las tensiones por el programa nuclear.

La contradicción surgió cuando el Secretario de Defensa Pete Hegseth insistió en que los recientes ataques a instalaciones nucleares no buscaban derrocar al gobierno. En mi experiencia, esta divergencia entre discurso civil y militar es común en escenarios geopolíticos complejos. Recuerdo casos similares durante la Primavera Árabe, donde el lenguaje oficial a menudo enmascaraba agendas no declaradas.

El domingo, Trump también aprovechó para responder al congresista Thomas Massie, quien cuestionó la constitucionalidad de las acciones militares sin aprobación legislativa. Este patrón —criticar aliados internos mientras elogia fuerzas armadas— refleja una estrategia que observé durante su presidencia: consolidar apoyo militar mientras neutraliza disidencias partidistas.

El reconocimiento a los pilotos no fue mera formalidad. Tras entrevistar a veteranos, comprendí cómo estos gestos construyen lealtad institucional. La política exterior, como aprendí cubriendo tres administraciones, se teje tanto en declaraciones públicas como en estos detalles simbólicos.