Descubren narcofinca del CJNG con ejecuciones y reclutamiento en Jalisco

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos confirmó que el Rancho Izaguirre, operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue escenario de ejecuciones sistemáticas. Este enclave criminal, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, funcionaba como centro de adoctrinamiento y exterminio para reclutas que incumplían las órdenes del grupo delictivo.

En marzo de 2025, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco documentó el hallazgo de prendas, equipo táctico y restos humanos en la propiedad. A pesar de que las autoridades locales inicialmente minimizaron los hechos, la evidencia apunta a una red de complicidades y omisiones, ya que el sitio debió ser intervenido desde su descubrimiento en septiembre de 2024.

La OFAC señaló directamente a Gonzalo Mendoza Gaytán, alias “El Sapo”, como cerebro operativo de esta narcofinca. Según informes filtrados por el hackeo de Guacamaya Leaks, Mendoza comandaba el Grupo Élite Delictivo de Reacción Inmediata (GEDDRI), un escuadrón de élite del CJNG especializado en operaciones de alto impacto en Jalisco y Michoacán.

Testigos sobrevivientes confirmaron la presencia de insignias del GEDDRI en el rancho, mientras que documentos militares revelan su participación en la desaparición de los cinco amigos de Lagos de Moreno y en la guerra territorial contra células del Cártel de Sinaloa. Desde 2019, esta unidad ha dejado un rastro de violencia en regiones como la Sierra Occidental y la Costa Norte de Jalisco, con hallazgos de cuerpos y mensajes intimidatorios.

Este caso expone la sofisticación paramilitar del CJNG y plantea interrogantes sobre la capacidad institucional para frenar sus operaciones, incluso cuando existen coordenadas precisas de sus centros logísticos.