La coalición PAN-PRI planea su regreso al poder en 2027

¿Qué pasaría si la política tradicional se reinventara mediante alianzas disruptivas? El Partido Acción Nacional (PAN) no solo confía en su capacidad para competir en las elecciones de 2027, sino que plantea una estrategia audaz: consolidar su coalición con el PRI como un movimiento imparable. Más que una simple unión partidista, esta alianza busca redefinir el mapa político, desplazando a Movimiento Ciudadano del Palacio de Gobierno con un mensaje claro: “El experimento terminó”.

Inspirados por éxitos previos en Durango (2023) y Nuevo León (2024), los líderes panistas, como Policarpo Flores, ven esta colaboración como una palanca para recuperar la grandeza del estado. ¿Podría esta alianza convertirse en un modelo para otros territorios? La respuesta parece afirmativa, especialmente con figuras emergentes como Carlos “Chale” de la Fuente, ya vitoreado como futuro gobernador, y Adrián de la Garza, alcalde de Monterrey, como pilares de una nueva era.

Este no es un simple juego de poder; es una reinvención estratégica. ¿Y si en lugar de ver a los partidos como rivales, los ciudadanos los percibieran como equipos complementarios? La plenaria en Durango no fue solo un encuentro político, sino un laboratorio de ideas donde se tejieron las bases de un 2027 transformador. La pregunta clave: ¿Está México listo para coaliciones que desafíen el bipartidismo tradicional?