La justicia ordena la liberación de Lord Pádel y su socio

En un giro procesal que subraya la complejidad del sistema de justicia penal, la Jueza Paulina Piña decretó la libertad inmediata de Alejandro Germán “N”, ampliamente conocido como “Lord Pádel”, y de su socio Othon “N”. He visto a lo largo de los años cómo las garantías constitucionales, como el amparo, pueden alterar por completo la estrategia de un caso en cuestión de minutos. La imputación por el delito de tentativa de homicidio seguirá su curso, pero su situación cautelar cambió radicalmente al acreditar que contaban con una orden de amparo en su favor que invalidaba legalmente la orden de aprehensión en su contra.

Esta situación crea un escenario jurídico peculiar, pero no único. La jueza actuó en estricto apego a la ley, una lección que todo operador jurídico aprende con la experiencia: los formalismos procesales no son meros trámites, son la columna vertebral del debido proceso. Aunque el proceso penal continúa, su desarrollo será ahora en libertad, lo que sin duda impacta en la dinámica de la investigación y la defensa.

En contraste, el panorama para Karla Alejandra “N” y Germán “N” —esposa e hijo de “Lord Pádel”— es diametralmente opuesto. Al carecer de una medida cautelar de amparo que los proteja, la jueza determinó que deben permanecer en prisión preventiva oficiosa en el penal de Barrientos. He presenciado cómo esta disparidad de situaciones dentro de una misma causa penal genera una presión y una estrategia de defensa completamente distintas para cada imputado.

El núcleo del litigio, una audiencia de vinculación a proceso, se desarrolla en estos momentos para determinar si existen elementos suficientes para procesar a los cuatro individuos por su presunta participación en la tentativa de homicidio de Israel “N”, un jugador de pádel que fue agredido brutalmente tras un partido en el que competía contra el propio Alejandro Germán. Estos casos de violencia en el ámbito deportivo suelen ser especialmente sensibles y mediáticos.

La detención de los cuatro implicados la semana pasada en Cancún, Quintana Roo, por agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), fue el inicio de este intrincado caso. Incluso entonces, hubo intentos de presentar amparos que, en aquel momento, no pudieron acreditarse debidamente ante el juez de control. Esto me recuerda una máxima en el derecho: no basta con tener la razón, hay que poder demostrarla en el momento y forma procesalmente adecuados. El caso de “Lord Pádel” es un recordatorio de cómo el sistema de justicia se mueve entre la sustancia del delito y la forma del procedimiento.