Una Medida que la Experiencia Demanda
Tras años de observar la evolución del transporte privado, puedo afirmar que la iniciativa de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) para regular a Uber, Didi y otras plataformas digitales en los aeropuertos es un paso largamente esperado. He visto a demasiados viajeros, con maletas en mano, enfrentarse a la confusión y los precios elevados en los terminales aéreos. Aprovechar la Copa Mundial de Fútbol 2026 como catalizador es una jugada inteligente; los megaeventos siempre exponen las fortalezas y debilidades de nuestra infraestructura de movilidad.
El Cambio Normativo Detrás del Conflicto
Según lo que he aprendido en este campo, la verdadera batalla no es tecnológica, sino jurídica. La propuesta de modificar la Ley de Caminos y su Reglamento para crear reglas especiales es el meollo del asunto. En mi trayectoria, he comprobado que sin un marco legal claro, la innovación genera caos. Permitir que estas empresas operen bajo su plan de negocios, pero con supervisión, es el equilibrio que necesitamos para pasar de la teoría a la práctica.
Una Respuesta Centrada en el Usuario
La justificación de las autoridades de mejorar la movilidad con opciones accesibles y eficientes no es solo un discurso. Recuerdo una anécdota de un colega que, tras un vuelo cancelado, pagó una fortuna por un taxi convencional en un aeropuerto. Esta reforma busca precisamente evitar esos abusos. La Copa Mundial 2026, que se celebrará en Norteamérica, no es el fin, sino el comienzo. La lección es clara: debemos preparar nuestra infraestructura para el pico de demanda, pero con una visión de largo plazo.
El Impacto Real Más Allá de la Teoría
Si esta reforma se aprueba, el cambio será tangible. No se trata solo de que Uber y Didi operen de manera regulada, sino de enviar un mensaje de modernidad. He visto cómo la falta de competencia estanca a los sectores. Esta medida puede impulsar la competitividad y forzar a todos los actores, incluidos los taxis tradicionales, a elevar su estándar de servicio. Es un insight que solo da la experiencia: la regulación inteligente no frena, sino que acelera la evolución en beneficio final del pasajero.

















