Más de 5 mil jóvenes se suman al concurso México Canta por la Paz

Ciudad de México — ¿Qué está impulsando a miles de jóvenes a participar en un certamen musical que rechaza la apología de la violencia y las drogas? El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura, reveló que 5,821 aspirantes se han registrado en el concurso binacional México Canta por la Paz y Contra las Adicciones, una cifra que supera expectativas. De ellos, 4,578 son mexicanos y 1,243 residen en Estados Unidos, marcando un hito en la participación cultural transfronteriza.

La presidenta Claudia Sheinbaum enfatizó que esta iniciativa no busca censurar, sino promover una nueva corriente musical con valores. “No se trata de prohibir, sino de incentivar la creatividad juvenil con mensajes positivos”, declaró durante su conferencia matutina. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno? Fuentes cercanas al proyecto sugieren que responde a una estrategia más amplia para reposicionar la música mexicana en el mercado global, actualmente en el top 10 mundial.

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La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, detalló que los estados con mayor participación son Estado de México, Ciudad de México y Jalisco, mientras que en EE.UU. destacan California y Texas. Los géneros predominantes —norteño, banda y mariachi— reflejan una búsqueda por reivindicar las raíces, aunque con un giro contemporáneo. ¿Podría esto marcar el inicio de un movimiento cultural sin precedentes?

En paralelo, Sheinbaum aprovechó el marco del Día de las Madres para reconocer su labor incansable. “Ser madre es un acto de resistencia y amor incondicional”, afirmó. Sin embargo, críticos cuestionan si estas declaraciones son parte de una narrativa política más amplia. Lo cierto es que, entre discursos y datos, una cosa es clara: algo está cambiando en la forma en que los jóvenes mexicanos y la diáspora están redefiniendo su identidad a través del arte.

Con la fase de inscripciones abierta hasta el 30 de mayo, el concurso promete no solo descubrir talento, sino también escribir un nuevo capítulo en la historia de la música mexicana. ¿Estamos ante un giro cultural o solo es otro proyecto bienintencionado? El tiempo —y las letras de estas canciones— tendrán la última palabra.

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