Operación Frontera Norte acumula toneladas de drogas y miles de armas

En un alarde de eficiencia que haría llorar de emoción al Chapulín Colorado, el Gabinete de Seguridad presentó su informe mensual de la Operación Frontera Norte, donde con orgullo patrio enumeraron:

• 2,922 “clientes frecuentes” del sistema penitenciario
• 2,495 herramientas para jugar al “call of duty” en la vida real
• 398,696 proyectiles (suficientes para armar a un ejército de hormigas)
• 30,318 kg de sustancias que alegran fiestas (y destruyen vidas)

Las acciones, según el comunicado oficial, se realizaron “con estricto apego al Estado de derecho“, lo que en lenguaje ciudadano se traduce como: “sí hubo balaceras, pero con permisos en regla”.

Lo más destacado del catálogo criminal

Baja California: El Walmart del microtráfico

Ensenada ofrecía un combo familiar: 118 dosis de marihuana, 28 de metanfetamina y -atención- ¡11 cámaras de vigilancia ilegales! Porque hasta el crimen organizado necesita su sistema de seguridad.

Coahuila: La ruta del kilo feliz

En Acuña y Monclova decomisaron 92 kilos de cocaína, suficientes para mantener despiertos a todos los diputados durante sesiones maratónicas.

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Sinaloa: Química avanzada

Culiacán albergaba tres laboratorios que harían sonrojar a Walter White, con 2,250 litros de sustancias químicas. La “afectación económica” de 48 millones equivale a… ¿dos días de ganancias reales?

Mientras las ruedas de prensa muestran pirámides de armas como trofeos de guerra, los ciudadanos siguen preguntándose: ¿Esto es el principio del fin o el fin del principio? La verdadera métrica debería ser cuántas vidas se salvan, no cuántas toneladas se exhiben.

Y así, entre estadísticas que impresionan y realidades que deprimen, la guerra contra el narcotráfico sigue su curso… como un tren sin frenos cargado de buenas intenciones y malos resultados.