Scherer acusa a Gertz Manero de persecución personal sin fundamento

En un giro que desafía la narrativa oficial, el diputado Julio Scherer Pareyón del Partido Verde ha lanzado una crítica frontal contra el Fiscal Alejandro Gertz Manero, acusándolo de orquestar una campaña de persecución basada en rencores personales en lugar de evidencias concretas. ¿Podría este caso exponer fisuras en el sistema judicial mexicano?

Scherer, en un mensaje público, desafiaba las acusaciones afirmando que, tras cuatro años de investigaciones, no existe una sola resolución judicial en su contra o de su familia. ¿Es este un ejemplo de justicia selectiva o simplemente una batalla política disfrazada de legalidad?

El legislador no solo defendió su inocencia, sino que conectó los puntos hacia un patrón: según él, Gertz Manero ha convertido la Fiscalía en un instrumento de venganza personal, citando antecedentes públicos. ¿Hasta qué punto las instituciones deben tolerar que intereses particulares influyan en procesos que deberían ser imparciales?

Mientras tanto, el Fiscal insiste en avanzar con la investigación sobre el libramiento de Nogales, prometiendo llevar el caso a tribunales pronto. Pero en un sistema donde la percepción de parcialidad puede erosionar la confianza pública, ¿no sería momento de replantear los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas?

Este enfrentamiento va más allá de dos figuras: cuestiona si el sistema judicial mexicano está diseñado para impartir justicia o para servir a agendas ocultas. La innovación aquí no es tecnológica, sino institucional: ¿cómo rediseñar las fiscalías para que sean blindadas contra el clientelismo político?