¿Qué hay detrás de las cifras de reducción de la pobreza que la presidenta Claudia Sheinbaum presenta como el gran logro de su administración? Durante su gira de rendición de cuentas en Baja California Sur, la mandataria construyó un relato de contraste absoluto entre lo que denomina “36 años de modelo neoliberal” y los “seis años de transformación”.
Foto: Redes Sociales.
Desde el estadio Arturo C. Nahl en La Paz, Sheinbaum afirmó que durante el periodo neoliberal México llegó a ser “el país más desigual del mundo”, especialmente hacia 2012, al finalizar el gobierno de Felipe Calderón. ¿Pero corresponden estas afirmaciones a los datos duros que organismos internacionales han documentado sobre ese periodo?
La presidenta aseguró que 13.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza durante los gobiernos morenistas, alcanzando “el nivel más bajo de familias en la pobreza de toda la historia de México”. Sin embargo, expertos en economía y desarrollo social cuestionan la metodología detrás de estas cifras y señalan que la recuperación económica postpandemia podría explicar parte de este progreso.
Sheinbaum criticó duramente la privatización de empresas públicas y la venta de empresas estratégicas durante los sexenios anteriores, contrastándolo con lo que llama “gobierno del pueblo y para el pueblo”. ¿Hasta qué punto esta retórica populista se traduce en políticas públicas efectivas?
Entre los anuncios específicos para Baja California Sur, la mandataria reiteró compromisos de obra pública que incluyen camiones urbanos para La Paz, plantas potabilizadoras y desaladoras, así como nuevos hospitales. El programa de vivienda accesible contemplaría 55 mil acciones en la entidad, según su discurso.
Uno de los puntos más controversiales fue su defensa de la Reforma Judicial que permitió elegir a jueces y magistrados por voto popular. ¿Representa esta medida una democratización del poder judicial o más bien una politización de la justicia?
Al concluir su intervención, Sheinbaum enfatizó que su gobierno sigue el principio de “por el bien de todos, primero los pobres”. Pero la pregunta que queda flotando en el aire es si este modelo de desarrollo, basado en programas asistencialistas y obra pública, será sostenible a largo plazo o simplemente responde a una estrategia política de corto plazo.