Sheinbaum revela investigación masiva contra huachicol fiscal con complicidades

La Presidenta Claudia Sheinbaum desató un terremoto político al confirmar que la indagatoria por el contrabando masivo de combustible desde Estados Unidos —denominado “huachicol fiscal“— alcanza a funcionarios y empresarios de alto nivel. “No habrá impunidad ni protección para nadie”, advirtió durante su conferencia matutina, aunque evitó revelar nombres alegando reserva legal.

¿Qué ocultan las sombras de esta trama? Fuentes cercanas a la investigación revelaron a este medio que el esquema emplea barcos, ferrocarriles y redes de gasolineras, operando bajo la cobertura de empresas fantasma con documentos aparentemente legales. “Es una telaraña de complicidades entre autoridades y privados”, señaló un fiscal bajo condición de anonimato.

La mandataria admitió que las recientes incautaciones —cuyos montos exactos se mantienen en secreto— han destapado conexiones inesperadas. “Detener a los cabecillas exige pruebas irrefutables”, justificó Sheinbaum, mientras analistas cuestionan la lentitud procesal. Documentos filtrados a este diario muestran que las pesquisas apuntan a una estructura transnacional con ramificaciones en aduanas y puertos clave.

El silencio oficial contrasta con testimonios de trabajadores petroleros: “Vemos pipas con placas alteradas moverse de noche”, denunció un empleado de Pemex cuya identidad protegemos. Mientras el gobierno promete acciones contundentes, las dudas persisten: ¿Están tocándose intereses demasiado poderosos? La investigación, según insiders, podría desembocar en imputaciones históricas… o en un abrupto archivo.

Este medio confirmó que la Fiscalía analiza transferencias bancarias a paraísos fiscales y contratos de almacenamiento fraudulentos. La pregunta que resuena en los pasillos de Palacio Nacional: ¿Cuántos niveles de poder están realmente comprometidos?