México conquista el primer campeonato mundial de flag football juvenil

En una hazaña que recordaré por años, México alzó el trofeo del inaugural International Flag Championship de la NFL en Canton, Ohio, tras superar 19-12 a Australia. Como entrenador, he visto pocas reacciones como la del equipo tras romper el empate en la segunda mitad con una estrategia impecable.

La clave estuvo en ajustar la defensa y confiar en el brazo de Carlos Ocampo (PrepaTec Monterrey), cuyo pase a Jorge López desequilibró el marcador. Recuerdo decirles: “En este deporte, un solo juego define legados”. Y así fue: Pablo Gómez, con su intercepción y posterior anotación, selló un triunfo que muchos subestimaron al inicio del torneo.

Los australianos, físicamente dominantes, cayeron ante nuestra velocidad en los flancos y disciplina táctica. En mi carrera, pocas victorias saben tan dulces como las que se logran con jugadores menores de 14 años, hambrientos de gloria. “Esto cambia todo”, me confesó Gómez al recibir el MVP, y no pude evitar recordar mis primeras finales: ese momento en que un atleta descubre su potencial.

Este título, ganado en la cuna del fútbol americano profesional, no es solo un trofeo: es un mensaje. México tiene talento crudo en deportes de estrategia, y el flag football, con su énfasis en agilidad y toma de decisiones, podría ser nuestra puerta a nuevos reconocimientos globales.