Caballos deambulan por Matamoros por falla en sujeción; propietario los recupera sin daños

Un incidente inusual captó la atención de vecinos y transeúntes en Matamoros, Tamaulipas, cuando varios caballos fueron avistados caminando libremente por la calle Lauro Villar. El suceso, registrado en video y reportado de inmediato a las autoridades, tuvo un desenlace afortunado gracias a la rápida intervención de su dueño.

 

La situación, si bien pudo haber generado alarma por los riesgos inherentes, se resolvió en un lapso breve sin que se produjeran consecuencias negativas para los animales ni para la integridad de las personas.

El propietario de los equinos, identificado como Carlos Garza, acudió al lugar tan pronto como tuvo conocimiento de lo ocurrido. Garza, quien cuenta con dos décadas de experiencia en la cría y cuidado de caballos, explicó de manera clara el origen del incidente.

 

La causa fue una falla mecánica en el sistema de sujeción. Según su relato, un tornillo que aseguraba la base en el suelo, a la que estaban enganchados los animales, se soltó, lo que permitió que los caballos se liberaran accidentalmente. Este detalle técnico subraya la importancia del mantenimiento periódico y la robustez de las instalaciones destinadas al resguardo de animales de gran porte.

La pronta respuesta del señor Garza fue crucial. Al visualizar el video donde sus caballos deambulaban por la vía pública, no dudó en abandonar su lugar de trabajo para movilizarse de inmediato hacia la zona. Este hecho demuestra un alto sentido de responsabilidad hacia sus animales y hacia la comunidad.

 

El espacio donde los mantiene es un terreno que alquila específicamente para ellos, con el objetivo de brindarles un área adecuada para su estancia. Garza detalló que les provee una alimentación balanceada, que incluye proteínas y otros nutrientes esenciales, y que supervisa su estado de salud de manera regular, visitándolos para alimentarlos en horarios establecidos.

 

El episodio, aunque puntual, sirve como un recordatorio valioso sobre los imprevistos que pueden presentarse en la gestión de animales, incluso bajo el cuidado de personas experimentadas. La combinación de un elemento de sujeción que cedió y la ausencia temporal del dueño por sus labores profesionales confluyeron en esta situación. Afortunadamente, la cadena de eventos no pasó a mayores.

 

Los caballos fueron recuperados y, tras una evaluación, se confirmó que se encontraban en perfecto estado de salud, bien alimentados y sin haber sufrido ningún daño físico durante su breve escapada.

 

Este caso concluye de manera positiva, pero invita a una reflexión sobre los protocolos de prevención. La verificación constante de las instalaciones, el uso de materiales de sujeción de alta resistencia y la posibilidad de contar con sistemas de monitorización remota podrían ser medidas a considerar para evitar sucesos similares en el futuro.

 

La experiencia de Carlos Garza, sin duda, lo llevará a reforzar estas medidas, asegurando que su dedicación de veinte años continúe bajo los más altos estándares de seguridad para sus animales y para la tranquilidad del espacio público.

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