El Gran Teatro del Consumo y la Profecía de la Profeco
Con la solemnidad de un augurio romano, los sumos sacerdotes de la Procuraduría Federal del Consumidor han descendido del Olimpo burocrático para anunciar el advenimiento de la décima quinta edición del Gran Sacrificio Anual al Dios Comercio, conocido plebeyamente como El Buen Fin. Del 13 al 17 de noviembre, los ciudadanos están convocados a la magna peregrinación a los templos del consumo, no sin antes realizar las obligadas ofrendas de comparación en el sagrado portal Quién es Quién en los Precios.
En este oráculo digital, el pueblo llano podrá consultar, con devoción y esperanza, los precios de más de tres mil fetiches comerciales, desde el teléfono inteligente que otorga estatus social hasta la licuadora que promete la felicidad doméstica. La Profeco, en un acto de benevolencia sin precedentes, también revelará el nombre de los comercios que, milagrosamente, han jurado lealtad a la Ley Federal de Protección al Consumidor, una reliquia sagrada que muchos veneran pero pocos leen.
El comunicado oficial, tallado en piedra digital, contiene la primera y gran verdad revelada: ¡Guarda tu comprobante! Este talismán de papel thermal o PDF será tu único escudo contra los demonios de la garantía negada y los espectros de la devolución imposible. Sin él, serás un alma en pena en el limbo del servicio al cliente.
Los Mandamientos del Consumo Ilustrado
Los profetas de la Profeco, con una lucidez que rivaliza con la de los estoicos, han dictado los nuevos mandamientos para navegar el diluvio de ofertas y promociones. Te exhortan a descifrar los jeroglíficos de los meses sin intereses, una fórmula mágica que, si no se interpreta correctamente, puede convertir una ganga en una cadena perpetua de deudas. También te instan a reflexionar, en un ejercicio de introspección casi budista, sobre si realmente necesitas ese artefacto o si puedes, heroicamente, prescindir de él. Su consejo más sublime: adquiere solo lo indispensable. Una noción radical en una sociedad que venera lo superfluo.
La Santa Inquisición Comercial se Moviliza
Para custodiar este rito de pasaje capitalista, la Profeco desplegará a sus paladines: mil 196 servidores públicos que, cual cruzados del precio justo, patrullarán desde las 154 oficinas centrales hasta los 337 centros comerciales con sus brigadas itinerantes. Su misión épica: asegurarse de que los sumos sacerdotes del retail no profanen su propia liturgia y respeten las ofertas y promociones prometidas. Es el ejército de la razón luchando contra la herejía del “error en el cartel”.
Así, en este gran carnaval orwelliano, se nos invita a ejercer un consumo responsable en medio de un bombardeo diseñado para anular nuestra voluntad. La Profeco, noble Quijote, carga contra los molinos de viento de la psique colectiva, intentando que la reflexión venza al impulso en el campo de batalla de las tarjetas de crédito. Una comedia divina donde todos somos, a la vez, peregrinos y bufones.













