Trump autoriza acciones militares contra cárteles bajo el argumento de defensa nacional

En un giro digno de un guión de Hollywood, el autoproclamado “presidente más duro de la historia”, Donald Trump, ha decidido resolver el problema de las drogas como solo él sabe: convirtiendo Latinoamérica en un campo de tiro al blanco. Con la firma de una orden ejecutiva tan secreta como sus declaraciones de impuestos, el Pentágono recibió luz verde para jugar a los soldaditos contra los cárteles, ahora rebautizados como “organizaciones terroristas” porque, claro, nada dice “amor a la patria” como bombardear a tus vecinos.

Según fuentes del The New York Times (ese mismo medio que Trump solía llamar “fake news” hasta que le sirvió para justificar una guerra), la medida se basa en la “defensa propia nacional”. ¿La amenaza? El fentanilo, ese opioide que, irónicamente, florece en suelo estadounidense gracias a una industria farmacéutica que dona más a campañas políticas que a clínicas de rehabilitación. Pero, ¿para qué culpar a las farmacéuticas cuando puedes culpar a los mexicanos? Es la lógica trumpiana en su máxima expresión.

Mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum, en un ejercicio de optimismo digno de un manual de autoayuda, aseguró que no hay riesgo de invasión. “Solo actuarán en suelo estadounidense”, dijo, como si los drones respetaran fronteras. La cooperación binacional, según ella, sigue en pie, aunque ahora con más misiles y menos diplomacia.

Y como en toda tragicomedia política, no podía faltar el magnate televisivo Ricardo Salinas Pliego, quien, en lugar de preocuparse por la escalada bélica, prefirió lanzar una apuesta en redes: “¿Cuánto les juego a que Morena defiende a los narcos?”. Porque, claro, en México la política es un reality show donde las balas son ratings y las víctimas, extras prescindibles.

Así, entre órdenes ejecutivas, declaraciones naíf y tuits incendiarios, el circo geopolítico avanza. ¿El verdadero ganador? El absurdo, que siempre lleva la delantera en esta función.