Gaza convierte ollas vacías en símbolo de un bloqueo absurdo

JAN YUNIS, Franja de Gaza — En un espectáculo digno de un reality show distópico, una multitud hambrienta se apiña como en un Black Friday postapocalíptico, ondeando ollas como si fueran banderas de rendición. El premio: un puñado de arroz, el nuevo criptoactivo de Gaza. Niveen Abu Arar, madre de ocho hijos (el noveno, víctima colateral de lo que algunos llaman “defensa estratégica”), abandonó el lugar con su recipiente vacío y una pregunta filosófica: “¿Hasta cuándo será así la vida?”. La respuesta, según el guion geopolítico actual: hasta que el hambre deje de ser un daño colateral aceptable.

Mientras Israel justifica el bloqueo como una medida de presión innovadora contra Hamás (porque, claro, nada desarma a un grupo militante como ver morir de inanición a sus vecinos), las madres palestinas han descubierto una nueva dieta milagrosa: una comida al día, servida con lágrimas y agua del grifo en biberones. Los precios de los alimentos, por su parte, siguen la ley de la oferta y la demanda: si no hay oferta, la demanda se cotiza en bolsa. Un saco de harina hoy vale lo que un iPhone en Occidente, pero, ay, en Gaza no hay cobertura para Apple Pay.

Los pescadores, antes preocupados por las capturas del día, ahora esquivan misiles en lugar de tiburones. Los agricultores, cuyas tierras ahora lucen cráteres estilo lunar, podrían solicitar empleo en la NASA como expertos en paisajes extraterrestres. Y las ONG, en un giro tragicómico, han convertido sus cocinas comunitarias en pop-ups de lujo: abren solo para anunciar su cierre definitivo.

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Mustafa Ashour, desplazado y filósofo involuntario, resume el panorama: “Es un asedio total”. Traducción: Gaza es ahora un laboratorio de lo que ocurre cuando la geopolítica se reduce a un juego de SimCity jugado por un niño con complejo de dios. Mientras, el mundo mira, debate y, ocasionalmente, emite un tweet de preocupación. Porque, al fin y al cabo, el hambre es un problema lejano… hasta que el menú de tu restaurante favorito sube de precio.

Keller, del Consejo Noruego para Refugiados, advierte: si esto continúa, Gaza se sumirá en la oscuridad. Literalmente. Pero no se preocupen: seguramente alguien grabará el apagón en vertical para TikTok.